de Francisco Antonio de Monteser
Un matasanos de villorrio, de los de bien ganada mala fama por aprovisionar los cementerios, se ausenta de su casa y le suplantan, para sacar unos cuartos a costa de su amo, una moza y un mozo de servir, (sus criados); los cuales comienzan ni cortos ni perezosos a “atender” a los enfermos del médico y resultan más criminales que el doctor, como no podía ser de otro modo.